Recorrer el mundo es más fácil que nunca, una aventura al alcance de cualquier ciudadano de a pie, que hasta hace poco era una utopía. La popularización del uso de internet, la accesibilidad a dispositivos móviles o la introducción del Internet de las cosas en las últimas décadas han confirmado la fusión del entorno físico con el digital. Un impacto al que el sector turístico no es ajeno.
Más allá de los avances técnicos que permiten recorrer largas distancias en breve tiempo, la mayor transformación la encontramos a la hora de planear cualquier aventura. Hemos pasado de un mapa enorme que al desplegarlo ocultaba la luz que pasaba a través de la luna del coche, a contar con un navegador que nos indica la ruta en el ordenador de a bordo. Una estampa muy diferente, que representa el cambio que la tecnología ha provocado en el sector del turismo.
El desarrollo de la world wide web y el acceso a internet, dieron pie al surgimiento de agencias de viajes en línea, portales que permiten a los usuarios reservar vuelos, hoteles o reservar experiencias completas desde el sofá de su casa. De acuerdo con Braintrust, el 68,1% de los españoles realiza reservas a través de internet, frente al 16,4% que optan por contactar con agencias de manera presencial, por correo o teléfono. Una reforma gradual que ha cambiado por completo los actores presentes en la cadena de valor.
Si por algo se caracterizan los avances tecnológicos, es por mejorar la calidad de vida de los usuarios. En otras palabras, mejorar el servicio que se ofrece a través de otras herramientas. Está claro que viajar es salir de tu zona de confort, pero si puedes adecuarlo a tus gustos y hacerlo más llevadero, tanto durante como antes del destino, ¿por qué no hacerlo?
Hoy en día, en Internet existen miles de comparadores que te indican cuál es la mejor opción para realizar el trayecto según si buscas rapidez, asequibilidad o comodidad. Lo mismo que ocurre con el alojamiento: hotel para una escapada romántica, un alojamiento turístico para compartir con la familia o un hostal si te vas de aventura solo. Miles de opciones que a través de un par de clics permiten perfilar los primeros detalles de la aventura adaptada cada persona.
Sin embargo, a la hora de personalizar la experiencia, las redes sociales tienen la última palabra dada su capacidad de influencia en la forma en que los usuarios comparten y basan en estas sus experiencias de viaje. Hasta hace poco, parar a un local para preguntar qué ver o donde comer era lo más habitual. Ahora todo esto se hace a través de las reseñas e interacciones a través de las redes sociales, miles de comentarios en los que el usuario se sumerge en busca de la opción más atractiva y adecuada a lo que busca.
Asimismo, hay otros avances técnicos como mapas interactivos, herramientas de interacción que aplican la realidad virtual para mostrar cómo era un asentamiento originalmente, traductores en línea que permiten a los viajeros comunicarse más fácilmente, la adopción de sistemas de pago móvil que evitan el cambio de divisa o servicios de gestión de equipaje como LUGGit, que permiten ofrecer experiencias más personalizadas a los viajeros, atendiendo a sus necesidades y horarios de viaje.
Viajar, por corto que sea el trayecto, siempre supone una aventura que queremos que sea lo más atractiva y adecuada a nuestros gustos. La aparición de herramientas como dispositivos móviles, realidad virtual o redes sociales han transformado la manera en que las personas perciben, planifican y experimentan los viajes, desde la inspiración inicial hasta la forma en que comparten esas experiencias con otros. Un conjunto de avances que han transformado por completo el modelo de negocio de la industria turística, con la experiencia del cliente como pilar fundamental.
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