Con el título Music is the New Gastronomy (La música es la nueva gastronomía), este libro blanco analiza y define por primera vez la relación que existe entre la música y el turismo. Ambos sectores superan el crecimiento económico mundial. En 2017, la industria de la música creció un 8%, el doble del índice de crecimiento de la economía mundial, mientras que la llegada de turistas aumentó en un 7%. En el libro blanco también se aborda cómo estos sectores pueden colaborar para aumentar el valor económico de ambas partes.
En este estudio se analiza el papel que desempeña la música en el desarrollo de destinos, la promoción de viajes, congresos y viajes experienciales, desde festivales de música y música patrimonial, hasta el uso de vídeos musicales para fomentar y difundir culturas y experiencias locales. A través de estos estudios, en la guía se identifican áreas de debate y se sugieren oportunidades para que los destinos desarrollen productos de turismo musical e impulsen su marca turística.
Una gran motivación para el turismo
«Se trata del primer informe en que la OMT es coautora que se centra concretamente en la música como vector principal de turismo«, explica Zurab Pololikashvili, Secretario General de la OMT. «A partir de experiencias provenientes de todo el mundo, nos muestra cómo la música es una herramienta para ensalzar los destinos y contar mejor sus historias«, concluye.
Julián Guerrero, vicepresidente de turismo de Procolombia, dirigió la campaña de Colombia para promover el turismo internacional basada en su rico patrimonio musical. «La música es una de las mayores motivaciones para el turismo. Ya sea en directo o grabada, vivir la música del mundo es celebrar su rica diversidad y talento, promover el diálogo intercultural y alentar el intercambio», dijo.
Por su parte, Danny Keir, director mundial de desarrollo empresarial de Sound Diplomacy, declaró: «Este libro blanco sirve de inspiración para que los que trabajan en turismo sean más conscientes de sus activos turísticos musicales y los aprovechen. Muestra que, por doquier, el turismo musical redunda en más visitas y en mayor gasto, aúna a la gente y crea empleo».
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