El desarrollo de la formación en hostelería, el avance de las nuevas tecnologías y su influencia en el sector hotelero son algunas de las cuestiones que preocupan de forma significativa a los directivos de esta industria. Estos temas ocupan un lugar principal en las conversaciones de los empresarios hoteleros. Vicente Romero, Presidente y Fundador del Círculo Internacional de Directores de Hoteles (CIDH), nos muestra su visión sobre la situación de la hostelería en la actualidad.
¿Para cuando nos tomaremos en serio el turismo en este país?
Si la principal industria existente es el turismo, comencemos por preparar lo que a buen seguro será lo que mantenga esta fuente de ingresos y lo que más empleo ofrecerá directa e indirectamente; cuidemos a nuestros profesionales, para que no se tengan que marchar fuera por necesidad, si lo hacen, que sea motivados por su crecimiento profesional.
Es necesario comenzar a impartir Turismo en las escuelas, desde la enseñanza básica, poner asignaturas de turismo, que desde niños comiencen a saber que es el turismo y tengan conciencia de lo que representa esta industria, los puestos de trabajo que ofrece este sector y las oportunidades que da a la juventud a nivel de progreso y realización personal.
No se trata de entregar una titulación en turismo a un joven y echarlo a la calle a que se busque la vida por el mundo, éste tiene que saber qué hay ahí fuera.
En nuestras ultimas Jornadas de CIDH, varios directores jóvenes reivindicaron que no existe el traspaso de mando de los sénior a los junior como se debería. Solicitaron estar más tiempo con un sénior para que les ayude a coger el ritmo y no encontrarse solos; el símil que os pongo: «te sacas el carné de conducir… y te toca aprender a conducir de verdad y solo».
Desgraciadamente, la mayoría de personas de nuestro país no tienen la cultura del turismo en sus genes. Tenemos la cultura de camareros, pero el turismo es algo más que los camareros, que también.
La situación en la hostelería se ha transformando a mejor en lo que concierne a servicios, equipamientos y ofertas, pero también, en menor medida por otro lado tenemos lo negativo.
Lo positivo es, para todos los que sentimos pasión por la hostelería, lo que nos permite adaptar las tecnologías a nuestro trabajo para satisfacer las necesidades de nuestros clientes en menor tiempo y con mayores resultados de satisfacción.
Lo negativo, y por motivos de oferta y demanda, son los profesionales que caen en manos de empresas sin escrúpulos, que los contratan por debajo de sus valores, permitiéndoles solo aprender el funcionamiento de la empresa y sus procesos de trabajo.
Deseamos que estos profesionales puedan salir de la espiral e incorporarse a cualquiera de las compañías hoteleras que valoran sus equipos humanos, (que son la inmensa mayoría) y contribuyen en su progreso personal y profesional.