Hace ya unos años que me dedico a la industria del turismo, cariñosamente llamada la industria de la felicidad. En todo este tiempo, desde mis responsabilidades como hotelera, he descubierto una profesión que me apasiona, que me permite conocer y vivir situaciones maravillosas, a pesar de la dureza a la que nos sometió la pandemia de la COVID-19 y sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales, que pusieron a prueba nuestro sector.
El 2023 fue el año de la vuelta a la normalidad de la que no debíamos haber salido nunca… La llegada de turistas internacionales ha superado los niveles de 2019 y el gasto turístico internacional ha batido récords. El turismo doméstico ha perdido impulso, debido a la combinación de la pérdida de poder adquisitivo y a que hay más salidas al extranjero.
Este recién inaugurado 2024 y después de estar en FITUR he podido contrastar que el año puede ser igual de bueno si el preocupante estado de sequía que sufren algunas partes de nuestro país no lo impide.
El turismo sigue siendo, hoy, el motor de la economía en España, pero creo que ahora debemos preguntarnos: ¿qué podemos hacer para preservar un sector tan importante? ¿Cómo podemos mantener esta riqueza para las próximas generaciones? Estoy convencida de que hay tres letras que resumen perfectamente la apuesta por el turismo sostenible: la M, la A y la S. Es evidente que debemos profundizar en el turismo sostenible, que debemos ir a MAS.
Turismo MAS
Detrás de cada letra hay un mensaje que creo que debemos tener muy presente. La M, de sostenibilidad medioambiental. Debemos seguir apostando para que el impacto de nuestra actividad sea el más pequeño posible. Se deben premiar a las empresas que lo hacen bien, que son muchas, para que su ejemplo se convierta en un espejo para el resto. La A, de sostenibilidad accesible. Si esta vocal no estuviera, las dos consonantes solas no tendrían ningún sentido. Y accesible, como término de capacidad económica, de poder optar a seguir haciendo funcionar las empresas que conformamos el ecosistema turístico. Buscar el equilibrio entre el aumento de costes de producción y los precios de venta de nuestros servicios. Ser competitivos en un mercado cada vez más global, como es el turístico.
Por último, la S de sostenibilidad social. El turismo debe perseverar en crear un impacto positivo para la sociedad que lo acoge y para el equipo de personas que trabajan en él. Antes hablaba de la sostenibilidad accesible, en este caso, que el hacer turismo sea una opción accesible para todo el mundo con independencia de las posibilidades económicas, limitaciones físicas o situaciones personales. Hoy el hacer turismo debe ser un elemento que ayude a la salud y el bienestar emocional de la sociedad, ¡es terapéutico! Me cuesta mucho entender que no sea un sector sexy, cuando lo que hacemos es hacer felices a las personas en los días más esperados del año, los de sus vacaciones.
La RSC de Guitart Hotels es MAS
Desde Guitart Hotels, y desde la Fundación Climent Guitart, estamos trabajando por este turismo sostenible MAS. Y somos conscientes de que solo lo lograremos tejiendo todas las complicidades posibles con las personas, empresas, entidades e instituciones que crean que este MAS no solo suma, sino que puede multiplicar por un turismo cada vez más sostenible, es decir, por un turismo con futuro.
Durante más de 65 años en nuestros establecimientos, hemos compartido miles de experiencias con nuestros clientes. En 2018, en Guitart Hotels, dimos un paso adelante en nuestra Responsabilidad Social Corporativa (RSC) con la creación de la Fundació Climent Guitart, centrada en la formación turística y la solidaridad desde Lloret de Mar. Y en solo 5 años, la fundación ha promovido más de 100 actividades, ha integrado a 74 jóvenes vulnerables en el mercado laboral y ha recaudado más de 100.000 euros para diversas causas benéficas.
¡Todavía tenemos mucho por compartir!
Imágenes cedidas: Joe Yates en Unsplash