Cuando los empleados y clientes de los hoteles se registran, se abre una compleja red de procesos digitales para facilitar a clientes realizar reservas, pagos, ajustes personalizados de las habitaciones y otros servicios básicos para su estancia, asegurándoles la mejor experiencia de usuario que pudieran tener.
Para los empleados el escenario cambia. Acceder con tu tarjeta de empleado, hacer log in cada día con la cuenta genérica de “recepción.ordenador1”, acceder a la aplicación de RRHH con una contraseña y a la del restaurante con otra que normalmente están en un post-it escritas, acceder desde una tablet o un móvil no corporativos, un trabajador externo accediendo al sistema para cambiar un aplicativo de ventilación. Seguramente no prestemos atención a estos detalles tan rutinarios.

Pero, ¿qué pasa cuando los sistemas empiezan a fallar y los clientes no reservan, la web esta caída, no hay check-in ni check-out en la recepción, no se puede cobrar alos clientes, no se imprimen facturas o albaranes, la habitación 307 no puede
cambiar la temperatura de la habitación y la tiene a 3 grados, las máquinas de café
no funcionan? ¿Qué ha pasado? Radsonware, phishing, robo de identidades…
Gestionar los accesos, gestionar la información, gestionar los dispositivos es trabajo de todos. Si no quieres que tu negocio se vea afectado con pérdidas económicas y reputacionales devastadoras, empieza a gestionar las identidades digitales de los tuyos, y de los que más valen para tu negocio: tus clientes y tus empleados.