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¿Cómo puede el sector hotelero aprovechar el turismo olfativo?

Una docena de viajeros se reúnen en torno al cuadro del siglo XVI «Cristo en el limbo», de Martin Schaffner, y respiran hondo. Gracias a unos difusores de aromas portátiles, estos turistas huelen a humo y azufre para evocar las ardientes puertas del infierno representadas en la obra renacentista.

Todo forma parte de la visita «Sigue tu olfato» del Museo de Ulm (Alemania). Al emparejar obras de arte que representan cosas olorosas (jardines de flores, una bola de perfume o una mesa llena de comida) con aromas reconstruidos, el centro cultural espera sumergir aún más a los visitantes en su colección.

Cada vez son más los museos, hoteles y expertos en fragancias que ofrecen aventuras olfativas para ayudar a los viajeros a conectar más profundamente con sus destinos.

Según Rachel Herz, neurocientífica de la Universidad de Brown (Estados Unidos) y experta en la ciencia psicológica del olfato, el olfato es el único sentido que está directamente relacionado con los centros de memoria y aprendizaje emocional del cerebro.

«Esto hace que el sentido del olfato sea realmente único con respecto a cómo experimentamos el mundo que nos rodea», afirma Herz. «Nuestra experiencia olfativa es intrínsecamente emocional y visceral debido a esta organización neuronal».

Aunque los olores son poderosas máquinas del tiempo, la historia olfativa se ha pasado por alto en gran medida. Los expertos están presionando ahora para preservar y proteger los olores como piezas intangibles del patrimonio cultural, e invitan a los viajeros a experimentar cómo los olores complejos pueden contar historias sobre lugares olvidados, tradiciones y entornos cambiantes en la naturaleza.

Proyectos y actividades de turismo olfativo ya en marcha

Para crear la exposición «Sigue tu olfato» en 2022, el Museo de Ulm se asoció con Odeuropa, un proyecto que está desarrollando nuevos métodos (incluidas herramientas de inteligencia artificial y minería sensorial) para identificar y preservar los olores del patrimonio europeo.

Las esencias para la exposición, producidas por los perfumistas de International Flavors and Fragrances (IFF), mezclan reconstrucciones químicamente auténticas de olores con aceites y otros materiales que no dañan las obras de arte.

«Los museos son entornos controlados, pero no siempre fomentan experiencias tan ricas como la vida», dice Cecilia Bembibre, que dirige el trabajo de Odeuropa sobre la ciencia del patrimonio olfativo. «Es una oportunidad perdida».

Otras exposiciones están aprovechando el poder de los olores. En 2022, el Louvre de París (Francia) puso en marcha una nueva serie de recorridos olfativos relacionados con su colección de bodegones; el Museo del Prado, en Madrid, estrenó una exposición de aromas inspirada en las pinturas de Jan Brueghel de Los cinco sentidos.

«El olfato puede atraer a un público al que no es fácil captar a través de medios visuales», afirma Bembibre. «[Podría atraer] a los discapacitados visuales o al público más joven que busca experiencias diferentes».

Debido al cambio climático, algunos olores (y las historias asociadas a ellos) corren el riesgo de perderse, afirma. Los investigadores de Odeuropa están abordando este reto mediante una «enciclopedia del patrimonio olfativo» que se publicará en 2023.

También colaboran con la UNESCO en la elaboración de políticas de protección de los olores. Más allá de Europa, Bembibre ve oportunidades para salvaguardar los olores en comunidades subrepresentadas, garantizando que esta capa intangible del patrimonio cultural se preserve para las generaciones futuras.

Smellwalking

Un paseo por Ámsterdam (Países Bajos) revela un sinfín de olores: el hedor siempre presente de los canales, el aroma a setas de los libros antiguos e incluso un rastro de gofres recién hechos.

Para seguir explorando cómo el olor conecta las historias de clase, género y el pasado colonial de la ciudad, el Museo de Ámsterdam ha puesto en marcha Olfateadores de la ciudad: un recorrido olfativo por la ecohistoria de Ámsterdam.

La visita autoguiada, creada en colaboración con Odeuropa, incluye un mapa para rascar y oler con varios olores históricos, como una pomadera perfumada, una bola perfumada que se creía que protegía de la peste.

Aunque las asociaciones olfativas se relacionan desde hace tiempo con nuestras primeras impresiones y recuerdos de los lugares, la artista y conferenciante Kate McLean lleva estas conexiones un paso más allá con una práctica que denomina «smellwalking» (paseo olfativo).

McLean dirige recorridos a pie por distintas ciudades del mundo, plasmando los olores que experimentan los participantes en mapas de «paisajes olfativos» dibujados a mano.

En enero olfateará y cartografiará las calles y lugares del centro de Filadelfia (Estados Unidos), como la fuente de Washington Square Park y la Campana de la Libertad.

«Se trata de estar presente y decir ‘estoy conectado con el paisaje por el que me muevo'», dice McLean. «Espero que en el futuro todos podamos apreciar mejor la profundidad y la complejidad de lo que es fácil descartar de un solo olfateo».

Experiencias olfativas dentro del sector hotelero

El sector de la hostelería lleva más de una década utilizando el aroma como herramienta de marca, y cadenas hoteleras como Marriott, Sheraton y Hilton emiten fragancias características a través de sus sistemas de climatización, explica Herz.

«Incluso cuando es totalmente perceptible, la gente tiende a pasarlo por alto porque somos muy visuales y el olor es invisible», afirma. «Es algo que hace que nuestro sentido del olfato parezca poco importante, pero lo experimentamos todo el tiempo».

Los hoteles también se atreven con las experiencias aromáticas. En el Balmoral, en Edimburgo (Escocia, Reino Unido), los huéspedes pueden asistir a una clase magistral sobre fragancias embotelladas con el fundador de la primera casa de perfumes de Escocia, Kingdom Scotland.

En Borgo San Felice, en la Toscana (Italia), la maestra perfumista Maria Candida Gentile dirige talleres olfativos centrados en los aromas de los viñedos: hojas húmedas, barriles llenos de vino y notas terrosas de madera y rosa damascena.

Los barman de la Costa Azul francesa también utilizan los aromas de forma innovadora, siguiendo el ejemplo de los vinicultores. En el Hotel Barrière Le Majestic de Cannes, el jefe de bar Emanuele Balestra tiene un laboratorio donde transforma las fragancias botánicas cultivadas en los jardines del hotel en tinturas complejas que mejoran la experiencia de beber. Sirve sus bebidas en vasos especiales con el borde curvado para que los bebedores perciban el aroma en cada sorbo.

«Los cócteles agitados no suelen tener una explosión de olor como el vino», dice Balestra. «El perfume amplifica el sabor, y se convierte en una experiencia para el cliente extremadamente sensorial».


Fuente: Julia Eskins

Un artículo original de National Geographic

Imágenes cedidas: Elly Johnson

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2 COMENTARIOS
  1. Es curioso ver qué el único Museo de los Aromas de Europa, se haya omitido.
    Se encuentra en España, Burgos, la Ribera del Duero, concretamente en Santa Cruz de la Salceda, con experiencias relacionadas con el olfato.
    El ÚNICO dedicado al OLFATO y que propone TURISMO OLFATIVO, en España.

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