Manuel Figuerola, director de postgrado en turismo en la Universidad Antonio de Nebrija y asesor económico de la Fehr
Hay especialistas que consideran que el estricto análisis estadístico de la realidad puede generar más ruido que conocimiento. Sin embargo, a pesar de dicho criterio, quiero enfocar este artículo desde un enfoque técnico y estadístico, donde los puntos de apoyo han de ser los datos sobre el grado de ocupación que suministra la encuesta hotelera del INE.
En primer lugar, hay que poner de manifiesto un hecho determinante: la desigualdad de comportamiento de la demanda de los no residentes con relación a los residentes. Dicho comportamiento tiene su justificación, si se compara la tipología de los viajes que motivan las pernoctaciones hoteleras. Es decir, las estancias debidas a las vacaciones o viaje de descanso y ocio. Y viajes que se desarrollan en el ejercicio de una motivación obligatoria (salud, trabajo, negocio, etc.). En ese sentido, se puede decir, que hay evidencias e información que atestiguan, la casi segura recuperación al menos a corto plazo del segmento de los turistas internacionales a nivel mundial, o los que proceden del extranjero. De hecho la OMT diagnóstica para el corto y medio plazo un incremento del 4 por 100 anual.
No es aventurado señalar que se podrá llegar a las 280 millones de estancias este año, superando un 4 por 100 el pico máximo de 2007
Por ello no es aventurado señalar que se podrá llegar a superar los 280 millones de estancias, superando aproximadamente un 4 por 100 sobre el pico máximo del 2007. Pero esa previsión no ha de impedir la otra realidad, quizás más importante. Esa realidad es el resultado económico que se logra. No debiendo poner por tanto, como objetivo prioritario, el número de estancias o pernoctaciones, sino la eficiencia económica que se obtenga del sector. En ese sentido hay que valorar que desde el año 2008, momento base del índice de precios hoteleros del INE, se ha producido un descenso medio relativo en el conjunto de categorías y comunidades autónomas. Esa caída para el período de los tres últimos años equivale a un descenso del 11,6 por 100, la cual, necesariamente, ha de repercutir desfavorablemente en la masa de los ingresos del sector. Resultado que puede ser contradictorio con un aumento de las llegadas, ya que no es tan interesante dicho proceso, cuando se da con un ingreso medio inferior por estancia. Todo nos ha de conducir a la necesidad de crecimiento con recuperación de los precios.
La política hotelera que el sistema turístico español ha de aplicar, deberá tener obligatoriamente en cuenta un conjunto de paradigmas, los cuales no deberán ser menospreciados, manteniendo por supuesto los principios ya manoseados y exageradamente reiterados del acuerdo con la sostenibilidad ambiental, la calidad de los servicios o la diversificación de los segmentos de demanda. El reto de la hotelería moderna, que ha de competir a partir de ahora con hotelerías en destinos receptores emergentes muy potentes, ha de apoyarse en cinco premisas: es importante alcanzar la identidad de objetivos y vocaciones entre los factores productivos del sector, es decir, empleo y capital; es imprescindible considerar la innovación y la tecnología, no solo como una oportunidad, sino como una necesidad insoslayable; es urgente asumir el modelo de hotelería como un proceso de diversificación de productos; es ineludible el desarrollo del sector hotelero, basado en la formación permanente del personal y en importantes partidas para la investigación y la comunicación; y, por último, el futuro de la hotelería ha de estar unido a los procesos de integración del capital intelectual y de los intangibles de los núcleos o destinos receptores.