El año 2022 dejó dos escenarios muy diferentes en Barcelona. El primero de enero a marzo, muy afectado y marcado todavía por las restricciones a la movilidad internacional, con sólo entre el 70% y el 80% de los hoteles abiertos y cifras muy bajas de ocupación hotelera.
El segundo, de abril a diciembre, con una recuperación progresiva de la actividad turística y la completa apertura de la planta hotelera de Barcelona a mediados de junio y, asimismo, una recuperación destacada de las ocupaciones y precios de los hoteles, pese a no haber vuelto a una plena normalidad, con ocupaciones ligeramente por debajo de las cifras de 2019.
En cuanto al cierre global del año, enero-diciembre, la ocupación se cerró con un 75,2% (-6,8 puntos menos respecto al mismo período de 2019) y, un precio medio de 152€ (+12€ respecto al mismo período de 2019).
Es preceptivo destacar el incremento de los precios hoteleros en la ciudad en los últimos meses, lo que refleja la mejora de la calidad del visitante que ha llegado a Barcelona, incrementando a la vez la diferencia de calidad del visitante que pernocta en un hotel de la ciudad hacia aquél que la visita un día de forma intensiva y que pernocta fuera de la ciudad o está en tránsito. Así mismo, este incremento de precios
ha permitido compensar el aumento destacado de los costes de la actividad en el último año.
Del mismo modo, cabe destacar que en estos últimos dos años se han puesto de relieve los réditos que la actividad turística tiene para nuestra ciudad y su entorno, curiosamente cuando la actividad ha estado completamente paralizada. Hemos percibido cómo los ciudadanos han puesto en valor a nuestra industria y todo lo que aporta a su entorno, así como, la importancia de velar por preservar y potenciar la calidad turística.
Somos una ciudad turística, de negocios y ferias. Disponemos de un conjunto de activos y elementos diferenciadores que nos configuran como ciudad turística de primer orden mundial. Esta industria se convierte en el gran recurso que tenemos y debemos saber aprovecharlo y ponerlo en valor, para desarrollar y hacer crecer nuestro entorno, social, económica y culturalmente. Al respecto, tenemos grandes e
importantes retos que es necesario abordar con motivación, energía y espíritu positivo y constructivo.
Ante este contexto, el Turismo de Negocios resulta un segmento estratégico y vital para Barcelona, que aporta imagen y calidad al destino y deja réditos económicos y sociales muy importantes. A lo largo de 2022 tuvimos una importante concentración de eventos. A los previstos se sumaron algunos que habían quedado pendientes de celebrarse. En este sentido, a pesar de no mantener sus cifras normales de participantes, esta concentración ayudó indiscutiblemente a la recuperación de la actividad.
En 2023, hemos vivido unas ediciones plenamente satisfactorias y exitosas de Integrated Systems Europe (ISE), Mobile World Congress (MWC) y Seafood, que han vuelto a confirmar a Barcelona como un destino excepcional y principal a nivel internacional para acoger grandes eventos. Asimismo, somos optimistas con el calendario de eventos previsto a lo largo del año.
Por otro lado, continuamos trabajando para la consecución de un turismo sostenible y de calidad, basado en un visitante consciente e interesado en Barcelona, respetuoso con su entorno y con ambición de interactuar con el contexto de negocios y congresual, cultural, social, gastronómico, comercial, deportivo y económico. Un visitante que ponga en valor el legado histórico de nuestra ciudad y sus recursos naturales y, ambicione conocerlo a fondo y compartirlo a su regreso a casa.
Innovación y tecnología en el turismo de negocios
En este contexto, la innovación y la tecnología, dos elementos clave para el éxito del sector hotelero, deben permitirnos alcanzar nuevos hitos de calidad y dar respuesta a las crecientes demandas. Los establecimientos turísticos, y los destinos en general, que busquen mantenerse al día en un mercado cada vez más competitivo deben encontrar nuevas formas de mejorar y ofrecer una experiencia única.
Alguna de las principales formas en que la tecnología está transformando el sector hotelero es mediante la inteligencia artificial, que permite a los hoteles ofrecer un servicio de atención al huésped inmediato y personalizado, mejorando así la calidad del servicio. Los sistemas de recomendación personalizados también están ganando popularidad, permitiendo a los hoteles añadir valor a las actividades, restaurantes y lugares de interés en función de las preferencias del cliente. O nuevos productos
surgidos de la realidad aumentada, que nos permiten ofrecer a los huéspedes visitas virtuales a nuestras instalaciones antes de su llegada, propiciando que puedan familiarizarse con el establecimiento.
Del mismo modo, tecnologías como la NFC, el reconocimiento facial o el OCR, permite al sector hotelero impulsar una transformación digital acorde a los tiempos que está por venir. Herramientas que nos permiten digitalizar procesos operativos como el check-in, check-out, o el guest service, acciones rutinarias de poco valor añadido, nos ofrecen la oportunidad de dedicar tiempo y esfuerzo a dar la bienvenida a nuestro hotel y adaptarnos a un cliente cada vez más digital. Así mismo, la tecnología del Internet de las cosas (IoT) también está ayudando a los hoteles a mejorar su eficiencia operativa y energética, aspectos ligados al compromiso del
sector por propiciar una actividad más sostenible y responsable.