El tercer sábado de abril se celebra el Día Mundial del Circo, y en numerosos lugares se programan actividades destinadas a homenajear este tipo de espectáculos. La itinerancia es una de las principales características de esta disciplina artística, que siempre ha suscitado mucha curiosidad acerca de cómo es la rutina de los artistas que integran las compañías circenses.
Esto es lo que se preguntaba Luis Raluy cuando era pequeño. Desde temprana edad se sintió atraído por el circo, un mundo que le resultaba mágico e inalcanzable a partes iguales por el origen humilde de su familia. Un día, impulsado por su curiosidad, logró deslizarse en el interior de una carpa. Además, solía pasarse por el London Bar, local por el que se dejaban caer los artistas del circo, para escucharles hablar de sus vidas nómadas, habilidades, experiencias… ¿Quién sabe? Quizás haya más gente que quiera saber lo que es vivir la magia del circo desde dentro.
Un hotel en un carromato de circo
Pero ¿qué tiene que ver todo esto con los hoteles? Pues que, con el objetivo de acercar a las personas al día a día del circo y darles a conocer esa parte que nadie puede ver, la familia Raluy decidió inaugurar el Hotel Raluy en Aldea, Tarragona, aunque suele cambiar de lugar cada poco tiempo mientras viaja con el Circo Raluy.
El encanto de un carromato de 1939, totalmente restaurado, permite al huésped sentirse como un artista más mientras disfruta de todas las comodidades de las que dispone un hotel: cama doble, dos camas suplementarias, baño completo, minibar, calefacción y aire acondicionado.
Aparte de poder alojarse en caravanas donde antiguamente vivían los artistas, la experiencia va más allá y permite a los visitantes acceder libremente a los espectáculos y estar presentes en las actividades rutinarias, como los ensayos, el recibimiento del público, etc. Tampoco hay que olvidar el Circo Museo Raluy, el primer circo-museo del mundo.
El Hotel Raluy consigue, por una parte, satisfacer a los amantes de la magia del circo y, por otra, cumplir con el propósito de la familia Raluy: mantener intacto el legado de los antepasados.