Mide 1,20 centímetros de alto, se mueve con rodillos, tiene una voz agradable y mira con unos penetrantes redondos y brillantes. Es Josie Pepper, el robot que a partir de ahora responderá las dudas de los pasajeros del aeropuerto de Múnich.
Situada en la rampa que conecta la terminal principal y el edificio satélite, Josie Pepper proporcionará información a los viajeros, tanto si necesitan direcciones como si buscan un restaurante o tienda en el que hacer una parada. Este robot humanoide equipado con inteligencia artificial, que hablará inicialmente en inglés, supone un avance sin precedentes al tratarse del primero en instalarse en un aeropuerto alemán. De hecho, fue el propio equipo del aeropuerto el que le dio el nombre cuando la conocieron.
Durante las próximas semanas, los viajeros pondrán a prueba a Josie Pepper, al mismo tiempo que esta comprobará el grado de aceptación de los primeros. ¿Logrará convencer a los pasajeros? ¿Resolverá sus dudas? El cerebro de Pepper contiene un procesador de alto rendimiento que incluye conexión a Internet, lo que le permite acceder a la nube en la que se procesa la información que ha recibido, interpretarla y vincularla a los datos del aeropuerto, de forma que garantice respuestas precisas.
La diferencia principal: la capacidad de aprendizaje
Lejos de lo que se podría pensar, Pepper no habla de una manera genérica con textos predefinidos, sino que se asemeja a un cerebro real en cuanto a su capacidad de aprendizaje. Por eso, consigue contestar a cada pregunta individualmente.
¿Y quién está detrás de estas increíbles capacidades de Josie? La tecnología de inteligencia artificial basada en la nube es producto de IBM Watson Internet of Things (IoT), mientras que el cerebro ha sido desarrollado por la compañía francesa SoftBank Robotics. ¿Para cuándo en un hotel? Pues ya lo hay. De hecho, Lopesan fichó a Pepper no hace mucho. Y es que, tras su éxito en la ITB de Berlín de 2017, parece que nos tenemos que acostumbrando a interactuar con estos pequeños y adorables robots.