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Para cualquiera que lleve años viviendo en una gran ciudad, le sera fácil ver que el auge del alquiler vacacional impulsado principalmente por Airbnb, está cambiando mucho el paisaje. ¿Son estos cambios buenos para la ciudad? Esta ha sido, desde hace años, la gran pregunta que se han hecho tanto legisladores como plataformas que impulsan este tipo de alquiler. La forma de entender los viajes está cambiando y, especialmenet los Millennials, se aferran a este tipo de alojamientos, cercanos, locales y, en muchos casos, más baratos que otros.
Para intentar poner orden en todo este caos, la Universidad McGill ha desarrollado un completo estudio de la mano del profesor de Planificación Urbana, David Wachsmuth. Y las conclusiones son, cuanto menos, interesantes. Si bien el análisis se realizó de forma independiente, el estudio en sí fue encargado por el sindicato hotelero New York Hotel Trades Council, AFL-CIO.
Airbnb elevó los precios del alquiler a largo plazo
Para empezar,el estudio desvela que Airbnb elevó los precios de alquiler a largo plazo en un 1,4% o, lo que es lo mismo, 384 dólares al año, para el alquiler medio de la ciudad de Nueva York. La investigación sugiere que tanto la disponibilidad restringida en el mercado de alquiler a largo plazo, como el aumento de los incentivos financieros para el alquiler a corto plazo explican este aumento.
El estudio también establece el impacto potencial de Airbnb en la disponibilidad de viviendas a largo plazo en Nueva York, estimando que ha eliminado del mercado entre 7.000 y 13.500 viviendas que antes se alquilaban por contratos anuales. Aun así, parece que el problema va a empeorar:
El informe desvela que 4.700 habitaciones privadas inscritas en Airbnb son, de hecho, hoteles fantasma que comprenden muchas habitaciones en un solo apartamento o edificio. Esto puede representar una táctica para que los operadores comerciales de Airbnb eviten el examen reglamentario.
Y es que, aunque Airbnb se esfuerza en promocionar la imagen de su arrendatario promedio (propietario que alquila una habitación extra para obtener un pequeño ingreso privado), no cabe duda de que muchas de las entradas de Airbnb provienen de operadores profesionales que controlan muchas viviendas en cada ciudad.
Y eso que Airbnb está casi prohibido…
Asimismo, el estudio de la Universidad McGill determinó que hasta dos tercios de los ingresos de Airbnb en el área de Nueva York provenían de alojamientos que probablemente incumplían las normas de la ciudad respecto al alquiler vacacional, que declara ilegales los alquileres de piso completo a corto plazo, es decir, aquellos que alquilen por menos de 30 días, siempre que estén en edificios con más de tres viviendas donde no esté persente el propietario. Las multas para quien arriende su propiedad por menos de un mes puede ser de hasta 7.500 dólares.
Para poder analizar esto, la investigación combinó sus propios datos con la información del censo que especificaba los tipos de edificios. Los resultados fueron los siguientes:
- Entre el 85 y el 89% de los alquileres de viviendas enteras han sido ilegales en los meses de estudio.
- Esto significa que, aun suponiendo que todas las habitaciones privadas que se pueden alquilar en Nueva York sean legales, entre el 43 y el 47% de las reservas en la ciudad son ilegales.
- En cualquiera de los meses estudiados, entre 7.600 y 12.700 entradas han tenido reservas ilegales, lo que representa entre el 42 y el 46% de todos los alojamientos activos.
- En total, en el último año, el 45% de las reservas fueron probablemente ilegales, y estas reservas generaron el 66% (435 millones de dólares) de todos los ingresos del anfitrión.
Dado el predominio de posibles alojamientos ilegales y hoteles fantasma, podría ser menos sorprendente entonces que el 10% de los principales anfitriones de Airbnb generara el 48% de todos los ingresos de 2017. En resumen, una situación que queda muy lejos de la imagen que está proyectando Airbnb sobre cómo funciona su plataforma y sobre cómo sirve para ayudar al pequeño.
Lee el informe completo
Si os ha parecido interesante este resumen, aquí podéis leer el informe completo dirigido por David Wachsmuth par la Universidad McGill.
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