Los destinos turísticos son muy sensibles y están expuestos por distintas circunstancias a caer en desgracia, bien por catástrofes naturales, guerras, decisiones políticas, o bien por otras circunstancias.
No solo estamos ante un progreso imparable de las tecnologías, sino que están apareciendo otros elementos que nos están ocasionado nuevos problemas a los directores de hotel. En ocasiones nos sentimos impotentes, pues no es cuestión de enfrentarte a la competencia, mejorar el precio o ofrecer gratuidades.
Por desgracia, tenemos unos compañeros que están sufriendo estas circunstancias. Parece contradictorio, pues por un lado las tecnologías avanzan sin parar, pero por otro, el ser humano retrocede en su afán individualista.
Es curioso, pero en la inmensa mayoría nos vemos avocados a estas situaciones, no por los mercados y sus tendencias, sino por nuestros políticos, pues se supone que están ahí para ayudarnos en el progreso y desarrollo de nuestras empresas.
Un mundo cada vez más complejo
A los directivos de hostelería nos toca vivir y desempeñar nuestro trabajo en un mundo global cada vez más complejo. Raro es el país que no tiene una situación conflictiva de la índole que sea, estos son los nuevos retos a los que nos enfrentamos a la hora de confeccionar un paquete/oferta turística.
Ante estas situaciones nos toca trabajar para salvar situaciones embarazosas, que en ocasiones ponen en a prueba nuestras funciones como responsable del negocio que está en nuestras manos. Seamos creativos para salvaguardar los puestos de trabajo de nuestros equipos y conseguir los objetivos que nos imponen nuestras empresas.
Me atrevo a sugerir, sin tener en cuenta en el país que os encontréis, que intentéis crear un clan con vuestros equipos participantes, convertir el hotel en una especie de cápsula que aporte bienestar interno entre vuestros equipos y que repercuta en vuestros clientes. De este modo, crearemos en cada hotel una especie de recinto donde garantizar la armonía y felicidad. Centrémonos en hacerles olvidar, a unos y otros, las carencias exteriores a nuestro hotel. Así incentivaremos el deseo de que nuestros clientes repitan. Y gracias a la profesionalidad de nuestros equipos. Seguro que saben.
Cuando nuestro objetivo debería ser la formación y mejora de nuestro productos, para conseguir un turismo de calidad, nos ponen otro obstáculo más. Contrarrestemos las deficiencias que existen en países, comunidades, ciudades o pueblos en que nos encontramos. Y, si es necesario, busquemos el apoyo de nuestros compañeros de otras comunidades, que bien seguro nos lo darán.
Desde CIDH nuestro apoyo para los necesitados.
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