El atractivo de los suelos de madera es innegable, al igual que lo es la necesidad de cuidarlos minuciosamente. Su belleza natural requiere de un limpiado regular y cuidado, ya que no vale emplear cualquier tipo de producto. El riesgo de dañar esta clase de pavimento es muy alto y, por ello, es aconsejable utilizar llevar a cabo un mantenimiento constante con productos específicamente enfocados a su trato.
En esta línea, la firma Bona propone una serie de métodos para su protección, cuidado y reparación, si fuese el caso, con el objetivo de evitar que golpes, arañazos o la humedad terminen con el atractivo de uno de los pavimentos más valorados dentro del mundo del interiorismo.
Una limpieza metódica en cuatro pasos
En primer lugar, mediante la protección, hay mucho ganado. Con una limpieza habitual se extrae el polvo y la suciedad antes de que el acabado se raye, desgaste y pierda su brillo.
Segundo, es aconsejable evitar el exceso de agua en la limpieza del suelo de madera. Además, en caso de derrame, se debe limpiar inmediatamente el suelo para eludir daños o manchas permanentes. La rapidez juega aquí, por tanto, un papel fundamental.
Terceramente, es conveniente barrer el suelo de madera o pasar la aspiradora frecuentemente. A mayores, es preferible utilizar un pad atrapapolvo diseñado para eliminar el polvo y las pelusas. Seguidamente se debe limpiar el suelo con el limpiador PH neutro para suelo de madera, suave y especialmente formulado para conseguir el mejor resultado.
Y, finalmente, no se deben utilizar limpiadores multiuso en los suelos de madera, ya que suelen dejar un residuo mate y se termina usando mucha agua, lo que daña los suelos de madera.
Reavivar la pérdida de brillo con un restaurador
Si los suelos de madera han perdido brillo o tienen pequeños arañazos, se puede usar un restaurador o renovador para reavivarlos. Estos añaden lustre a los suelos de madera apagados y actúan como capa protectora contra el desgaste y el deterioro.
En caso de haber colocado el suelo de madera en una zona donde hay grandes probabilidades de que se derrame agua, como una cocina o un baño, es conveniente aplicar un restaurador para añadir una capa de protección a los suelos de madera nuevos. El restaurador puede aplicarse cuando sea necesario, pero lo habitual es una o dos veces al año. Hay que asegurarse siempre de que el suelo de madera está limpio antes de volver a aplicar el producto.
