El principal error que identifico es el hecho de diseñar una web sin una estrategia sólida detrás. No se trata solo de crear un sitio, sino de desarrollar un proyecto digital alineado con una estrategia bien definida. Este proyecto debe basarse en una planificación que incluya la definición de la marca y la comprensión del customer journey, es decir, el recorrido del cliente antes, durante y después de interactuar con nosotros. La web es una ventana más en este viaje, pero no es la única. Cada punto de contacto, desde la publicidad hasta el motor de reservas, debe estar en sintonía con un storytelling coherente que refleje la esencia de la marca.
Un aspecto clave es la posibilidad de contar con varias páginas de inicio (home) adaptadas a diferentes segmentos de clientes, como familias, parejas o grupos. Ya no basta con una única puerta de entrada; debemos personalizar la experiencia desde el primer momento, respondiendo a las necesidades específicas de cada público. Además, es fundamental integrar una estrategia SEO robusta y, cada vez más, aprovechar la inteligencia artificial. Con la creciente adopción de herramientas como Search GPT o Perplexity, es vital que el contenido esté bien estructurado y que la arquitectura de la información responda a esta estrategia. A su vez, el material audiovisual también debe estar cuidadosamente seleccionado y adaptado para cada segmento. Por último, la tecnología detrás del diseño es otro factor crucial. Desde el motor de reservas hasta los sistemas de fidelización y chatbots, todo influye en la experiencia final del usuario. En e-Mascaró nos enfocamos en crear un “efecto wow”, integrando todos estos elementos en una experiencia digital memorable que capte la atención del cliente y lo motive a reservar.
En resumen, el diseño de un sitio web debe ser parte de una experiencia de cliente completa, coherente y omnicanal, alineada con una estrategia que abarque todas las fases de su recorrido, tanto online como offline.