La madera termotratada de Lunawood, distribuida por Gabarro en España, es una opción a tener en cuenta para construcciones en madera y puede usarse en infinidad de aplicaciones. Dependiendo del tratamiento al cual sea sometida, que determina su uso para exteriores o interiores, puede utilizarse en revestimientos de fachadas, suelos y techos, vallas, terrazas, saunas, barreras anti-ruido, mobiliario de jardín e incluso cubiertas y bordes de piscinas. Soluciones constructivas respetuosas con el medio ambiente, sostenibles y con un envejecimiento natural y atractivo a pesar del paso de los años.
Aprovechando que está a la vuelta de la esquina, para la temporada de verano Gabarró hace énfasis especial en el decking para terrazas y jardines enfocadas en el sector hotelero, ya que Lunawood es un material propicio para utilizar como tarima exterior gracias a su estabilidad y durabilidad. También es un material seguro y duradero para diferentes tipos de estructuras al aire libre y de jardín realizadas con estructuras o vigas que no soporten cargas: sus perfiles cepillados son idóneos para crear pérgolas y tabiques divisorios decorativos y ligeros.
Productos naturales y sostenibles
Los productos de Lunawood son naturales y sin aditivos químicos, características que lo convierten en una madera sostenible y respetuosa con el medio ambiente. La marca escandinava es pionera e innovadora en la modificación térmica de la madera, sometiéndola a un ciclo combinado que alterna altas temperaturas (entre 190 y 212°C) y diferentes grados de humedad, según la gama de producto: Luna Thermo-S para aplicaciones de interior y Luna Thermo-D pensada para su exposición en ambientes de exterior.
Estos tratamientos térmicos intensivos, sin ningún tipo de aditivo químico, consiguen transformar la estructura y las propiedades de la madera. En el caso del pino, se logra reducir en un 50% la tendencia natural de la madera a doblarse, hincharse o encogerse a causa de la humedad.
Este proceso da como resultado una madera mucho más estable y duradera, capaz de equilibrar los cambios de calor y frío, además de ser muy agradable de pisar. Por otro lado, su resistencia a los xilófagos es equivalente a la del alarce, el roble e incluso la de la teka, en función de su grado de tratamiento.