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El turoperador británico Thomas Cook, encargado de cerrar miles de paquetes turísticos de viajeros ingleses hacia España, ha reconocido que nuestro país ya no es negocio. «Después de cuatro años de beneficios en Reino Unido, los márgenes han caído debido a la intensa competencia, especialmente para cerrar vacaciones en España», remarcó Peter Fankhauser, director ejecutivo de la agencia durante la presentación de sus resultados.
En un verano normal, en torno al 30% de los pasajeros del Reino Unido que contratan con Thomas Cook tienen por destino España. Este año, ese porcentaje ha subido al 42%. Neil Wilson, analista sénior de mercado de ETX Capital, señalaba a Independent, que los hoteles «más caros, la libra más débil y el exceso de mercado aéreo de corta distancia convirtieron a España en un lugar difícil para obtener beneficios».
Los turistas británicos pagan más que en 2016
Thomas Cook informó en esta presentación de resultados que los turistas británicos pagan este invierno un 4% más que el pasado año, mientras que los precios de venta para el verano de 2018 han crecido en torno al 6% respecto a los de este año. En resumen, una escapada económica fuera de temporada costó de media unas 500 libras (560 euros) en 2016. Ahora, cuesta unas 520 libras (585 euros), mientras que unas vacaciones de verano en familia van a subir de las 2.500 libras de este año a las 2.650 libras del próximo.
Desde la turoperadora, achacan este aumento de precio invernal a los hoteleros de Canarias, que cobran más en esta época. La subida del próximo verano se debe, principalmente, a la inflación en los costos de insumos, «debido en parte al aumento de los precios del alojamiento español, agravado además por la devaluación de la libra después del Brexit».
Apuesta por la recuperación de Egipto y Turquía
En relación a esta argumentación, Thomas Cook anunció que la demanda hacia Turquía y Egipto ha vuelto a crecer, países donde la compañía ha sido líder durante muchos años, pero donde la demanda había caído tras las amenazas terroristas. De hecho, el próximo mes de febrero, Thomas Cook se convertirá en el primer gran operador turístico del Reino Unido en regresar a Túnez, después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores levantara la prohibición de organizar viajes al país norteafricano.
En definitiva, los beneficios que genera su actividad en Reino Unido han caído un 23% en el último ejercicio, cerrado en septiembre, y Thomas Cook lo achaca a los pocos márgenes de rentabilidad que tienen los paquetes de viaje hacia España. Esto, sumado al incremento de precios de los hoteles en nuestro país, el coste para la compañía de la ola de denuncias por intoxicación alimentaria de algunos clientes (hasta seis millones de libras), la fortaleza del euro frente a la libra y el aumento de los vuelos hacia España concluyó con una caída de los beneficios de la turoperadora, que anhela la recuperación del turismo norteafricano, donde los márgenes son mayores.
Según recoge el diario Expansión, Thomas Cook alcanzó una facturación de 9.007 millones de libras en el último ejercicio, un 15% más. Los ingresos por la comercialización de paquetes a destinos españoles supusieron un 42% del total el pasado verano. El resultado operativo se situó en 330 millones de libras, y el beneficio neto en 12 millones. La presentación de resultados concluyó con una caída en Bolsa del 8,4%.
Thomas Cook es el tercer operador turístico en términos de llevar turistas británicos al extranjero; TUI es el líder del mercado, y Jet2 Holidays ha ocupado este año el segundo lugar.
