Apreciar la belleza de lo pequeño, el trabajo del equipo de housekeeping

Hoy me gustaría hablar de una experiencia personal y profesional que me lleva al Hotel Bécquer de Sevilla y con el que tengo la suerte de trabajar desde hace un tiempo.

Siempre he dicho que en las organizaciones hay personas buenas, grandes profesionales que dan y ofrecen lo mejor de sí mismos para el buen funcionamiento de todo y de todos. Un claro ejemplo es el de Alejandro Rodríguez, director general de los Hoteles Bécquer y Kivir de Sevilla y actual presidente de la AEDH de Andalucía. Un directivo diferente, soñador, visionario, positivo, optimista y solucionador de problemas. Porque eso es también lo que hace un líder hoy en día: resolver problemas y facilitar la vida de quienes lo rodean, y por ende, la de sus equipos.

Y en uno de esos equipos, con los que he tenido la oportunidad de trabajar este año, me quiero centrar: el equipo de pisos, también conocido como housekeeping.

He formado a todo tipo de directiv@s y equipos, fomentando la cohesión, la comunicación y el autoliderazgo durante 15 años, pero lo que viví hace unos meses con casi 40 mujeres de ese equipo es digno de mencionar. Un colectivo que en muchos hoteles apenas recibe reconocimiento, pero que en el caso del Hotel Bécquer es diferente: te hacen sentir especial, como en casa, en un lugar acogedor y lleno de detalles. Sin duda, una verdadera experiencia para el cliente externo que claramente empieza en el interno.

Cómo un pequeño taller de formación de 4 h + 4 h con esas trabajadoras generó un impacto en ellas a nivel individual y grupal que ya quisieran muchos equipos de multinacionales o incluso deportivos. Un equipo donde abundaban actitudes sublimes como la humildad, la generosidad, la confianza, la escucha, el compromiso, el respeto, la empatía, el compañerismo, la fortaleza y la conexión emocional. Un equipo que me dio lo mejor y se llevó lo mejor del hotel. ¡Un reconocimiento en mayúsculas al trabajo bien hecho!

La atención a los detalles, el mimo con el que hacen una cama perfecta, el planchado de las sábanas, las almohadas, la limpieza extraordinaria de la habitación, la colocación minuciosa de cada elemento, los detalles en los cristales o las frases empoderadoras y bonitas como sorpresa.

Muchas de ellas tienen historias personales que a más de uno le pondrían los pelos de punta. Sin embargo, el amor y la entrega a dar lo mejor de sí mismas hizo que yo viviese una de las mejores sesiones formativas de mi vida.

La adversidad siempre es una oportunidad inmensa para aprender. No es un trabajo fácil, os lo aseguro. Pero cuando las cosas se hacen con tanto cariño, esfuerzo y amor, casi todo lo que ocurre es maravilloso.

Los datos de un estudio de Gallup muestran que las empresas con personal motivado y comprometido reportan una rentabilidad un 21% mayor. En el contexto de la hotelería, donde la rotación de empleados suele ser alta y costosa, mejorar la motivación del personal a través de dinámicas sistémicas y potenciar un liderazgo efectivo centrado en las personas puede generar importantes beneficios financieros, además de mejorar claramente el clima laboral. Reemplazar a un empleado en un hotel puede oscilar entre el 30% y el 150% del salario de ese empleado, dependiendo de su función y tiempo en la organización. Datos y hechos que justifican el valor de acciones de este tipo.

Apreciar la belleza de lo pequeño es también reconocer cómo pequeñas acciones pueden cambiar, dinamizar y movilizar a una persona o a un equipo de trabajo para ser lo mejor que puedan ser y entender el impacto que eso puede generar.

Felicito a Alejandro Rodríguez, director del hotel; a Mari Carmen y Liz (gobernanta y subgobernanta); y a todas las chicas de housekeeping del Hotel Bécquer.

Gracias de corazón por cómo me hicisteis sentir.

Aquí un pequeño vídeo al reconocimiento al equipo de housekeeping del Hotel Bécquer: