Teniendo en cuenta su catálogo de servicios, es el equipamiento y la estética de un hotel lo que lo hace especial, porque todo diseño cuenta una historia.
Por eso, el primer paso para planificar el espacio interior y exterior del hotel es entender la identidad de la marca. Te explicamos cómo el diseño de espacios influye en la imagen de tu hotel y la experiencia del cliente.
Interiores y experiencia del cliente
Los diferentes espacios (habitaciones, hall, lobby) requieren una estética acorde y, por supuesto, una ubicación coherente con la experiencia que queremos ofrecer al cliente.
Por ejemplo, colocar una sala de descanso al lado del restaurante o bar de hotel concurrido es probable que no sea la mejor idea. En este caso, tendrá más sentido diseñar la ubicación de cada espacio de forma independiente, de manera que el acceso sea cómodo e incluso invite a pasar tiempo dentro.
Una vez definida la identidad de la marca, la distribución de espacios y el flujo de huéspedes empezaremos a definir el diseño de interiores, que debe girar en torno a una estética alineada con el equipamiento y mobiliario de todo el hotel.
El uso estratégico del espacio tampoco puede pasar por alto durante su diseño: por ejemplo, una iluminación tenue induce a la tranquilidad y el descanso, mientras que un bar con taburetes altos y música a todo volumen fomentará la interacción social.
El Hotel Koé en Shibuya en Tokio es un ejemplo de esta forma de diseño interiorista guiado desde un enfoque consciente, donde todo el concepto estético gira en torno a la innovación cultural dentro del contexto hotelero, del ocio y la gastronomía.
La planta baja alberga una cafetería restaurante que atrae también a clientes no alojados en la estancia, y el primer piso mantiene la identidad de la línea estética Koé.
La recepción y las habitaciones del hotel se encuentran en los pisos superiores para cuidar la comodidad y tranquilidad de los huéspedes del bulicio que puedan crear el resto de espacios
Una estética ligada a la identidad de la marca
La identidad de un hotel se refleja en todo lo que concierne a la marca, tanto en los aspectos más simbólicos como en los más visuales, como la página web, la cartelería de señalización y hasta la música de recepción incluyen la construcción de esta identidad.
Como no podía de ser de otra manera, esta identidad debe ser acorde con la estética que cuenta la historia del hotel, pues es la forma en que los huéspedes visualizarán la marca antes, durante y después de su estancia.
La identidad visual tiene un papel protagonista en la percepción del hotel, lo que influye en el público objetivo que buscamos atraer: un diseño arquitectónico llamativo puede crear interés incluso en transeúntes que no planeaban, hasta ese momento, conocer hotel.
Esta identidad tiene que ir ligada con el catálogo de servicios, pues no suelen transmitir la misma imagen un hotel dirigido a familias que un espacio para viajeros de negocios que buscan tanto zona de reunión como alojamiento.
El equipamiento de los baños también debe mantenerse acorde con esta línea estética, pero también aspectos como el olor y los obsequios de aseo influyen en el diseño de esta identidad.
El Fife Arms Hotel es un hotel de lujo en las Tierras Altas de Escocia, ubicado en una posada victoriana restaurada. Su propuesta estética trata de encajar patrimonio local y arte contemporáneo en la identidad visual del hotel.
Toda su línea estética, desde su web hasta sus etiquetas y folletos, se ha diseñado para dar vida a todo el concepto del hotel. Para completar aún más esta propuesta conceptual de ambiente, se alienta al personal a hablar con un fuerte acento escocés.
Fuente: eHotelier
Imágenes cedidas: Hotel Koe Tokyo, Fife Arms