Llevar a cabo el diseño del interiorismo de un hotel acompañados de una marca reconocida implica el gran desafío de potenciar su identidad mediante la comprensión de su carácter y, a su vez, singularizar el proyecto y enfocarlo a la experiencia del cliente.
El objetivo es contar la historia de cada edificio, contextualizado en su ubicación, y de cada marca, dando vida al tándem hotel-marca, para que, sea cual sea la ubicación del establecimiento en el globo, ya sea en el Caribe o en la ciudad de Madrid, el huésped tenga claro qué puede esperar y qué compañía lo hospeda.
Para comenzar a trabajar con una marca hotelera y en una ubicación concreta, lo primero que tenemos que hacer es ponernos en el contexto particular. Por un lado, la identidad de marca y lo que los propietarios del hotel quieren transmitir en ese espacio y el tipo de huéspedes que esperan acoger.
Como para cualquier empresa, es importante conocer el target, pero, en el caso de un hotel, igual que cualquier negocio donde se busca la experiencia del cliente, hay que ir más allá y también estudiar y analizar los elementos característicos del lugar donde se vaya a desarrollar.
La fase inicial consiste en observar: Investigamos las raíces, la historia del edificio si no es de nueva construcción, la entidad del lugar, el clima, el paisaje natural y tratamos de entender el carácter humano que identifica a esa zona.
También tenemos que considerar qué otros elementos influyen, como la naturaleza que rodea el espacio hotelero, la arquitectura tradicional y sus elementos artesanales: todo ello proporciona pautas para poder empezar a esbozar la imagen del proyecto.
Analizar todo este contexto también sirve como inspiración, pero no es sólo eso…
La identidad corporativa de la empresa es piedra angular en estos proyectos. Señala los pasos a seguir para que el diseño vaya de la mano de la imagen de la compañía hotelera.
Es cierto que la mayoría de las marcas hoteleras tienen algún tipo de especialización y, como tienen muy claro el público, también saben el tipo de experiencia que quieren ofrecerle.
Por eso, debemos estudiar la marca, inspirarnos en su historia e identidad, conocer su público, y tener clara la experiencia que busca y se le quiere brindar. Esas son claves para luego poder trabajar en el diseño siendo fieles a la imagen corporativa e integrarla en el entorno: en Requena y Plaza contamos con capacidad de adaptación a todas las marcas y nuestro trabajo se ha convertido en sello de garantía de calidad en el sector.
Elementos como tonos corporativos, mobiliario, tipo de carpintería, revestimientos, solera, textiles o espacios para amenities y servicios, puede ser que no puedan variarse en algunas marcas, o puede ser que podamos tener licencia para ofrecer sugerencias que personalicen ese establecimiento y tenga un carácter “similar pero no igual al resto”, por ejemplo, pudiendo utilizar materiales naturales característicos propios de la zona (maderas, piedras…) o productos típicos de la artesanía local (textiles, cerámicas…).
Una vez se tengan claros todos los elementos, se empieza a diseñar el espacio.
Un aspecto bastante retador suele ser que, ese “matrimonio” entre la marca y el entorno, tiene que estar equilibrado y además ser atractivo, y conforme a la expectativa del cliente.
Ha de tener un estilo propio conforme a la intencionalidad del diseño, y poder mostrar esos elementos desde que el cliente acceda por la entrada -o incluso desde el garaje-, y que sea sin duda evidente en todas las zonas comunes y, por supuesto, en las habitaciones donde las cadenas hoteleras suelen tener definidas sus diferentes tipologías de dormitorios, con distribución, imagen y acabados similares, para que el huésped tenga una experiencia homogénea sea donde esté alojado: la marca siempre presente.
Todo ello, complementado por elementos propios del entorno e identidad local definidos tras esa buena y exhaustiva labor de investigación y análisis de la ubicación donde vamos a desarrollar nuestro diseño, y unido a la amplísima experiencia de nuestro estudio en el sector hotelero, nos da una sólida base para lograr el éxito de cada proyecto, siguiendo las pautas marcadas por la imagen de marca hotelera en concreto.
Foto: Boutique Hotel Luna Granada Centro, cedida por Requena y Plaza
