Las viviendas de uso turístico no han sido ajenas al desastre ocasionado por la pandemia y uno de cada seis alojamientos de este tipo ha pasado a alquiler residencial. Sin embargo, en comparación con otros sectores, este se ha mantenido a flote, e incluso podría constituir un trampolín para impulsar la reactivación económica del turismo.
«Las viviendas de uso turístico dinamizan económicamente a otros sectores, y eso es muy positivo», afirma Tolo Gomila, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos turísticos (Fevitur). «Es por eso que grandes compañías hoteleras (Marriott, Accor… o, en España, Room Mate o Meliá) han visto aquí un segmento que es netamente familiar y necesitan proporcionar lo que el mercado reclama», continúa explicando.
Según las estadísticas de la mencionada entidad, sus viviendas generan un gasto por estancia que «es un 23% superior a la del sector hotelero«. Por otro lado, destaca que de ese presupuesto que se gasta el cliente, solamente un 33% está destinado al alojamiento, puesto que el 67% restante está dirigido a la oferta terciaria (comercio, restauración, transporte, ocio y cultura). «El turista que nos elige es el que más interesa porque riega toda esa cadena de actividad», asegura.
Asimismo, Gomila defiende que una de las ventajas de las viviendas de uso turístico es que «pueden generar economía de una manera relativamente rápida«. «Un establecimiento hotelero requiere de una inversión importante y una ocupación para mantenerse; en cambio, nuestras viviendas ya están creadas y son de formato individual», subraya el directivo.
«Lo importante es diversificar por nicho y por producto. La clave no pasa por vender más camas, sino experiencias», señala, después indicar que considera que el turismo doméstico ha sido el que ha salvado un poco la situación durante la pandemia.
Fevitur demanda al Gobierno más medidas para el sector turístico
A pesar de que las primeras medidas adoptadas, como los ertes, sirvieron en un momento inicial, desde Fevitur demandan al Gobierno que dé nuevos pasos. Para ser más exactos, piden tres medidas: ayudas directas, una política de contención desde el punto de vista impositivo y una hoja de ruta sin cambios constantes de criterio.
«El principal objetivo debería ser mantener al máximo el tejido empresarial, si no la debacle va a ser espectacular. Como no seamos capaces de arrancar la temporada en destinos vacacionales y con el turismo internacional la situación va a ser muy complicada», señala Tolo.
Aparte de estas peticiones, Fevitur tiene tres proyectos sobre la mesa. En primer lugar, la negociación de un convenio colectivo para viviendas de uso turístico. En segundo, un visor basado en business inteligente con «big data» acerca de la oferta y demanda que existe.
Por último, la tercera iniciativa consiste en la creación de una OTA española que comercialice con toda la comunidad hotelera, no solo viviendas de uso turístico, y aglutinar también comercio y restauración.
Imágenes cedidas: Deborah Cortelazzi en Unsplash