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Después de unos años complicados en los que una sucesión de crisis han afectado al turismo, las buenas cifras recogidas en el inicio de la temporada alta indican una recuperación. Sin embargo, todavía queda trabajo para alcanzar de forma estable los niveles previos a la pandemia. Es por eso que los clústeres pueden convertirse en una herramienta interesante para impulsar la industria.
Es lo que recoge el interesante Informe de tendencias en el ámbito del turismo de Open Ideas. Más concretamente, es lo que ha explicado en su texto Verónica Ramírez del Valle, directora de operaciones en Smart City Cluster. Bajo su punto de vista, hay que valorar el beneficioso papel que las concentraciones de empresas pueden tener. En especial, porque considera que impulsan la competitividad.
Asegura que la modernización y transformación digital son necesidades incuestionables de los destinos turísticos. En especial, en estos momentos en los que la pandemia ha cambiado la percepción del viajero de la tecnología. También, que es muy importante el papel de las pymes en esta transformación. De ahí que los clústeres hayan de trabajar de la mano de las compañías para así impulsar su competitividad.
Gracias a ello pueden lograr soluciones innovadoras con las que responder a los retos de cada territorio. Es decir, que la autora confía en un tipo de competitividad muy particular. En ella, la cooperación se dibuja como motor de cambio. Como consecuencia, es posible lograr la cohesión social y territorial de esos destinos turísticos.
El contexto actual del turismo
Como ya sabemos, el turismo es un sector estratégico para la economía española. Otro detalle importante es que es una herramienta eficaz al servicio de la cohesión social y territorial, de desarrollo económico y de fijación de la población. Debido al impacto drástico sufrido a raíz de la crisis sanitaria global, son necesarias medidas contundentes para impulsar una pronta recuperación.
Tampoco debemos perder de vista que el empleo en la industria también se ha visto negativamente afectado. Aunque en 2021 empezó a experimentar un importante repunte, a esto debemos añadir la crisis de talento que atraviesan tantos alojamientos. Sin embargo, estos problemas no surgen a raíz de la pandemia. Responden a una realidad que ya venía acusando este sector.
En especial, ha impactado en aquellos destinos en los que se seguía rentabilizando la notable riqueza cultural, patrimonial y paisajística a espaldas de la innovación y la tecnología. Por tanto, el turismo tiene que hacer frente a los grandes retos que ya están aquí. Es importante que la industria se ponga las pilas para no quedar desactualizada. Solo así podrá seguir despertando el interés de los viajeros, que cada vez son más impacientes y exigentes.
Transformación digital de los viajes
Existe un gran reto para abordar la transformación del turismo a través de la modernización y digitalización. Mediante ellas se pueden obtener servicios más inclusivos, personalizados, sostenibles, proactivos y de calidad. Eso sin dejar de lado la identidad de los territorios. A su vez, esto supone una gran oportunidad para la diversificación económica y el progreso de los destinos, lo que consolidará al turismo como un sector clave en torno al cual diseñar las políticas de desarrollo.
A la par, supone una gran oportunidad para la mejora de la competitividad del tejido empresarial, sobre todo para las pymes. Pero para ello es necesario que cuenten con mecanismos que les permitan ser más ágiles para responder a las demandas de los clientes. Entre ellos figuran los clústeres. Según recoge el Programa Marco de Investigación e Innovación 2021-2027 de la UE, son el medio para paliar las consecuencias que ciertas deficiencias de mercado tienen sobre las empresas.
Gracias a ellos, se establecen flujos de conocimiento e innovación. También se logra alcanzar la masa crítica suficiente para facilitar prácticas innovadoras que permitan mejorar su competitividad. Ahí es donde entra en juego Smart City Cluster, un clúster nacional de las ciudades inteligentes. Especialmente porque sirve para facilitar los destinos turísticos inteligentes, alineando la oferta de las empresas con los retos de los territorios.
Así, desde 2015 ha trabajado junto con sus cerca de 200 asociados, mayoritariamente pymes, y con decenas de ciudades en la definición de su estrategia. Mediante la aplicación de soluciones innovadoras e impulsando la cooperación entre las empresas, ha conseguido aprovechar la innovación en la transformación del turismo. Por todo esto, Verónica Ramírez del Valle considera que el horizonte que se dibuja en los próximos años pasa por poner la puesta en valor del clúster en la industria.
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Imágenes cedidas: Ben White en Unsplash, Iuliia Isakova en Unsplash
