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La picaresca en la desinfección hace caja al calor de la pandemia

En los últimos días han aparecido muchos nuevos métodos de desinfección contra el coronavirus. Desde arcos de desinfección de personas hasta vaporetas para el tratamiento de las prendas de ropa. La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) alerta del triple riesgo que supone este tipo de prácticas oportunistas y, en la mayoría de los casos, fraudulentas.

“Tanto las máquinas de ozono como el empleo de vaporetas y otros novedosos métodos de desinfección pretendidamente revolucionarios que están surgiendo, sobre todo ahora que algunos comercios comienzan a abrir, pueden poner en serio riesgo tanto la sostenibilidad de la desescalada como la salud de los usuarios«, señalan desde esta asociación.

Según explica el presidente de ANECPLA, Sergio Monge, “estos métodos de eficacia no garantizada acumulan un triple riesgo en su aplicación. Por un lado, dan una falsa sensación de seguridad; por otro, pueden empeorar la situación, llegando a expandir el virus y, en último lugar, algunos de ellos tienen incluso efectos secundarios sobre la salud que no hay que dejar de tener en cuenta”, alerta.

La efectividad del ozono no ha sido evaluada

Es el caso del ozono, un producto cuya eficacia contra el coronavirus aún no ha sido evaluada y cuyo empleo puede provocar desde lesiones respiratorias hasta daño ocular, entre otros efectos adversos.

Desde coches de policía hasta ambulancias y servicios de transporte público están siendo tratados con este producto que no está incluido en la lista de virucidas autorizados por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

ANECPLA advierte de que la seguridad de estos espacios críticos no se encuentra garantizada con este tipo de tratamiento que, además, puede generar problemas de salud a sus usuarios –lesiones respiratorias a daño ocular- y también al sistema eléctrico de los vehículos.

“Desde ANECPLA consideramos que apostar por las desinfecciones con un producto pendiente de evaluación como el ozono supone asumir un riesgo innecesario que no tenemos por qué afrontar cuando existen otros muchos tratamientos de eficacia probada y que cuentan con el respaldo de los organismos competentes oficiales”, afirma con rotundidad Sergio Monge, presidente de ANECPLA.

En este sentido, y ante los estudios sobre su eficacia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a los que apelan sus defensores, Monge explica que estos estudios efectivamente existen y demuestran la eficacia del ozono contra determinados coronavirus, pero en un medio como el agua.

“El comportamiento de un biocida como es el ozono puede variar muchísimo si hablamos de otro medio como el aire, como es el caso. Por otra parte, son ya varias las administraciones sanitarias autonómicas, como la de Murcia, que se muestran contrarias al empleo del ozono en tratamientos de desinfección contra el SARS-CoV-2 y el mismo sentido se ha manifestado la Sociedad Española de Sanidad Ambiental”.

Otras administraciones y asociaciones lo afirman

Pero no solo la ANECPLA ha manifestado su rechazo. En un informe de posicionamiento de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA) se indica que el ozono se encuentra en revisión por la Agencia Europea de Productos Químicos.

«Se trata de una sustancia oxidante que tiene numerosas aplicaciones industriales, pero la Unión Europea aún no la ha evaluado para su uso como desinfectante ambiental, por tanto, se desconocen las dosis necesarias para garantizar su eficacia como viricida y los efectos para la salud que estas concentraciones pueden desencadenar”, concluyen.

Por ultimo, la International Ozone Association (IOA), asociación que agrupa a las industrias del ozono, ha hecho público un comunicado en el que indica que, si bien el ozono es altamente efectivo para la inactivación de muchos virus, no tiene constancia de ninguna investigación que se haya realizado específicamente con el coronavirus SARS-CoV-2.

Vaporetas para la desinfección de prendas de ropa

Las vaporetas son otros de los métodos que están surgiendo en los últimos días, fundamentalmente para la supuesta desinfección de prendas de ropa.

“Si bien es cierto que existen estudios que avalan la eficacia del vapor a más de 75 grados para eliminar determinados virus y bacterias, el problema es”, explica la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta, “que cuando utilizamos vapor también estamos aerosolizando, de modo que las posibles partículas que haya del virus en la prenda de ropa pasan al ambiente, pudiéndose inhalar o depositar en cualquier otra superficie que ya hayamos desinfectado”.

Túneles de desinfección

Otro de los controvertidos métodos de pretendida desinfección contra el coronavirus son los populares túneles para personas.

Con respecto a esta herramienta, ANECPLA recuerda la alerta lanzada hace unos días desde el propio Ministerio ante los posibles peligros que pueden ocasionar este tipo de arcos desinfectantes y recuerda que, a día de hoy, no existen virucidas autorizados para su uso por nebulización sobre personas.

Lámparas de rayos UV

Otra de las soluciones que están apareciendo en los últimos días son las lámparas que producen radiación UV. Sin embargo, tal y como recalca la directora general de ANECPLA, “no están determinados ni el tiempo de exposición, ni la longitud de onda que se deben aplicar en desinfecciones ambientales contra coronavirus, ni tampoco lo están los riesgos que tendría su uso en condiciones de eficacia”.

Y añade: “A veces, los sistemas de radiación UV se utilizan en desinfección, pero siempre como complemento a desinfecciones específicas y utilizando equipos que nada tienen que ver con las lámparas que nos están vendiendo y que, siendo de dudosa eficacia, pueden ser peligrosas para la salud”.

Responsabilidad común

ANECPLA asume que la actual crisis sanitaria está generando un volumen de necesidad de desinfección muy por encima de lo habitual, pero hace un llamamiento a la responsabilidad común a fin de no dar pasos en falso en el camino hacia el control de un virus que está poniendo en jaque el sistema sanitario mundial.

Antes de que estallara esta pandemia ya existían profesionales cualificados que realizaban desinfecciones”, afirma Fernández de Lezeta, “confiemos en ellos para llevar a cabo trabajos que cuenten con todas las garantías y que van a emplear los productos adecuados, en las dosis oportunas para asegurar la eficacia de las desinfecciones”.

En definitiva, solo cumpliendo de forma estrcta la legalidad vigente y confiando únicamente en aquellas empresas inscritas en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Biocidas (ROESB) podremos asegurar desinfecciones efectivas y seguras que nos protejan y nos permitan avanzar en la lucha contra el coronavirus. “Lo contrario puede salirnos muy caro”, concluyen desde ANECPLA.

Imágenes cedidas: Prostock Studio – ENVATO

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