Airbnb se ha defendido una vez más con éxito su propio terreno. La propuesta de ley que habría puesto un límite al alquiler de apartamentos y habitaciones privadas de 75 noches al año y contemplaba la posibilidad de multar a los usuarios no registrados, fue rechazada con un 55,1 por ciento de los votos.
Así, Airbnb acumula otra victoria para la economía colaborativa y la comunidad tecnológica en general, al tiempo que da otro golpe a la vivienda y el alojamiento tradicional, preocupado por la explosión en el costo de la vivienda (el precio medio de un apartamento de un dormitorio en San Francisco se alquila por cerca de 4.000 euros al mes, de acuerdo con la web especializada e alquiler de pisos Zumper).
Desde una perspectiva financiera, San Francisco no es tan importante para Airbnb. La ciudad natal de la empresa sólo representa alrededor del 0,3 por ciento del inventario mundial.
«La batalla legal en San Francisco tiene más que ver con la posibilidad de establecer un precedente razonable para la legislación que con el modelo negocio de Airbnb», afirma Ian McHenry, co-fundador de Beyond Pricing. Airbnb, en mayor medida que HomeAway, era el objetivo principal de la iniciativa que, además de limitar el número noches de alquiler, habría obligado a los anfitriones de Airbnb a pagar los impuestos y presentar informes trimestrales de beneficios.
Noticia original: CNBC.