Nadie pone en cuestión, a día de hoy, que el turismo es uno de los principales motores de cualquier economía, y no solo en España donde, y a pesar de la crisis, en 2.014 se han batido todos los récords históricos de visitantes. Esto ocurre también en países de nuestro entorno, y ahí tenemos a Francia, que año tras año consigue el récord mundial de turistas, o destinos vacacionales de playa, que continúan constantemente ampliando sus plazas hoteleras.
Las instituciones, desde las más pequeñas como ayuntamientos, hasta las más grandes, como los estados, son conscientes del valor del turismo y destinan, en mayor o menor medida, recursos para mantener y aumentar el flujo de turistas hacia sus zonas de responsabilidad.
En cualquier administración hay personal dedicado a esta labor y cuentan con presupuestos que destinan a promocionarse en las zonas de origen de sus visitantes y a la creación de eventos que puedan aumentar el interés sobre su zona, con respecto a otras zonas competidoras, en definitiva a atraer a más turistas promocionando el destino.
Hasta ahora, como única fuente de información, han contado con los datos agregados que facilitan instituciones como el INE, obtenidas de los hoteles, que son la fuente más fiable para conocer la afluencia de turistas a un destino (la ocupación hotelera y sus precios medios). Desafortunadamente, esta información es parcial y nos da la visión a pasado sin tiempo de reacción…
¿Y si las instituciones tuviesen un faro?, ¿Y si hubiese una luz que iluminase el camino que está por llegar?, Estaría realmente bien pues permitiría poder actuar con antelación y orientar mucho mejor las políticas a llevar a cabo en un destino por parte de una institución para lograr los objetivos propuestos por su plan estratégico. De esta forma los destinos podrían dar el enorme paso de dejar de ser meros espectadores de los hechos, a convertirse en destinos inteligentes, capaces de analizar con antelación la oferta, disponibilidad y demandas a futuro tanto de los alojamientos de su destino como de los destinos competidores.
De haberlo, cualquier decisión de inversión que se tomase, podría ser corregida, en función de los resultados que se fuesen valorando con antelación. Esto permitiría a las instituciones optimizar más sus recursos y aumentar las posibilidades de éxito de sus campañas de promoción.
Ese faro al que me refiero ya existe… Se llama Beonprice Watcher y es una potente herramienta capaz de descargar y presentar de forma agregada todos los datos de los establecimientos hoteleros de un destino, analizarlos por categorías, tamaño de los establecimientos, ver las disponibilidades, calcular las previsiones de demanda para fechas futuras, compararlos con otros destinos e incluso compararlos con su histórico…
Y no sólo eso, las instituciones podrán analizar e incluso conseguir mejorar la calidad de un destino, analizando los datos extraídos de la red, sobre los comentarios que viajeros han hecho en diferentes portales y las valoraciones de los mismos.
Un “destino inteligente” es aquel capaz de adelantarse a los acontecimientos, mejorar la imagen de “calidad” percibida por sus visitantes y aumentar su demanda antes que otros destinos competidores.
Aquellas instituciones que sean decididas y den un paso al futuro van a contar con una importante ventaja a partir de ahora… BeOnPrice Watcher.
Imagen Faro de datos vía Shutterstock.
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