El fenómeno de la economía colaborativa y de todos los negocios que han surgido, de un modo de otro, bajo dicha etiqueta o basados en una filosofía peer to peer, ha sido motivo de preocupación el sector turístico, particularmente durante los últimos meses con el ascenso de la plataforma Airbnb.
Su equivalente en el transporte, la aplicación Uber, que pone en contacto a conductores con viajeros, sufrió un duro golpe ayer al ordenar el juez de lo Mercantil número 2 de Madrid el cese de la actividad en todo el territorio nacional. De esta forma, el juez ha estimado las medidas cautelares propuestas por la Asociación Madrileña del Taxi, una disposición previa a una posible demanda a la plataforma.
La resolución del juez considera que la competencia desleal determina que cuando se infringen normas que son exigidas para actuar en un determinado mercado, la infracción es ya en sí misma una acción desleal.
A la espera de posibles recursos y nuevas acciones legales, la aplicación ha recibido un duro golpe para sus aspiraciones de expansión en España.
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